Yo tuve un gato gordo, muuuuy gordo y muuuuy grande. Los perros de los vecinos preferían darle la vuelta a la manzana para evitarlo cuando se acostaba a la entrada de la casa. Nunca entendí el por qué, pues era una dulzura y el gato más mimoso y faldero que he tenido.
En casa sabían que yo estaba llegando cuando lo veían salir corriendo a trepar el portal, pues desde ahí se lanzaba al techo del auto de mi amiga para deslizarse por el cristal y saludarnos. Era todo un amor.
#catsofmastodon